Después de haber recordado en días anteriores que deseamos a Dios, que nos habla, que se entregó a la muerte por nosotros, hoy vamos a meditar que Dios, como es Padre, nos regala lo mejor. Y lo mejor es su Hijo, que es Salvación para cada uno de nosotros. Jesús es la presencia benéfica de Dios. Por eso se nos manifiesta como misericordia, perdón, amor, GRACIA.
Y, ¿qué decir de María, la llena de Gracia, la llena de Dios?. María es el regalo de Jesús a todos los cristianos: “Hijo, ahí tienes a tu Madre”.
Santa Catalina describe lo que vio después de contemplar a la Virgen con el globo en sus manos:
“Después vi en sus dedos anillos revestidos de piedras preciosas, más bellas unas que otras. Los rayos que salían de las piedras resplandecían por todas partes… Aquí no sabría expresarme sobre lo que experimenté, la belleza y resplandor de rayos tan bellos: “Estos rayos son el símbolo de las gracias que distribuyo a las personas que me las piden”, haciéndome comprender cuán importante es la oración a la Santísima Virgen y cuán generosa es ella con quienes le rezan, cuántas gracias dispensa a las personas que se las piden, qué felicidad experimentaba otorgándolas…"
¿Has pensado qué regalos te está dando Dios en estos años…?
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