La simbología de la luz es una de las más sugerentes para comunicar la experiencia espiritual. Qué diferencia entre el día y la noche. Cuando se esconde el sol, nos replegamos en nuestras casas y las sombras de los problemas se vuelven más oscuras. A plena luz del día, el optimismo y la esperanza disipan los miedos y nos ponen en marcha. Por eso decimos que Jesús es nuestra luz. Su vida nos llena de motivos para seguir creyendo en la humanidad y descubrir en ella esos destellos divinos.
José
Luis Sicre: Preparación a la Navidad en tres actos. La liturgia del tercer
domingo de Adviento, teniendo en cuenta la cercanía de la Navidad, pretende ser
una clara invitación a la alegría.
José Antonio Pagola: Testigos de la luz. Es curioso cómo presenta el cuarto evangelio la figura del Bautista. Es un «hombre», sin más calificativos ni precisiones. Nada se nos dice de su origen o condición social.
Magda Bennásar: De gestaciones. El icono de Adviento, por excelencia, es el de una mujer gestante. La vida que está latiendo en ella es metáfora de que en esa gestación estamos todos y todo.
Vicky
Irigaray: Nuestra vocación creyente. Es importante la
pregunta sobre quiénes somos en realidad y cuál es nuestra misión o tarea en
este mundo.
Anáfora:
Testigos. Estamos llamados a ser profetas de la verdad para el mundo de hoy.
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