Jueves después de Epifanía

Un santo para cada día: 7 de enero

San Raimundo de Peñafort (Patrón de los Juristas)

Francisco felicita a los orientales: "Mi deseo más ferviente de una Feliz Navidad"

El Papa pide para la Repúblia Centroafricana "un diálogo fraterno y respetuoso, rechazar el odio y evitar toda forma de violencia"

"Abrir los cofres que llevaban como regalo fue signo del ofrecimiento de sus corazones"

El Papa, en la Epifanía: "Quien no adora a Dios adora al diablo"


Magos con distancia de seguridad
 SEMANA DESPUÉS DE EPIFANÍA (7-9 DE ENERO): 
UN PROGRAMA CLARO Y ROTUNDO
      Jesús empieza su misión y lo quiere dejar claro desde el principio: él no se ha «encarnado», no ha venido al mundo por asuntos «religiosos».
Ha venido para enseñar (liberar de la ignorancia), para curar toda dolencia (JUEVES: «Curaba toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo») y para dar de comer (VIERNES: «Comieron todos hasta saciarse»).
     Nos cuesta aceptar que una cosa tan material pueda ser el Reino de Dios porque tenemos la mente embotada (SÁBADO: «No habían comprendido lo de los panes»); nos gustan más los milagritos, verlo caminar sobre las aguas.

 El Evangelio de hoy trata de los comienzos del ministerio de Jesús (Mateo 4,12-17. 23-25. Predica su evangelio de arrepentimiento-conversión, primero a los semi-paganos judíos de Galilea: él llega a ser su luz.

Los signos de que el reino de Dios ha comenzado con él son que cura a los enfermos, que se acerca a los pobres y los que sufren.
    Juan dice en la primera lectura que nuestro amor al prójimo y nuestra obediencia a los mandamientos serán también señales de que el reino de Dios ha venido a nosotros.

Oración Señor Dios nuestro: Tu reino comenzó a tomar forma cuando tu Hijo mostró su cuidado por los enfermos y por todos los que sufren.
    Ayúdanos a auxiliar a nuestros hermanos y a preocuparnos de ellos,  
especialmente de los pobres, los desposeídos,y los inadaptados a la vida. 
    Que ésta sea la señal de que su Espíritu está obrando en nosotros y de que tu mismo Hijo está presente entre nosotros, él que es nuestro Señor y Salvador por los siglos de los siglos.

Intenciones
   Para que el pueblo de Dios sea en este mundo como una gran luz que brilla en la tiniebla, mujeres hombres y comprometidos por un mundo mejor de compasión y misericordia, roguemos al Señor.
    Para que los gobernantes y líderes del mundo lleven rayos de esperanza a la vida de los que sufren, dándoles justicia a los oprimidos y dignidad humana a todos, roguemos al Señor. 
    Para que todos los que buscan y van a tientas en la vida descubran a Cristo como la respuesta a su búsqueda de amor, bondad y verdad, roguemos al Señor.

   Señor Dios nuestro: Que el evangelio de tu Hijo Jesucristo dé fruto en nosotros, que somos gente común. 
   Que tu Hijo sea la luz que ilumina nuestras vidas; y no permitas que ocultemos su brillo a la gente que nos rodea. 
   Que la misma gente le reconozca en la simplicidad de nuestra vida y en nuestro cuidado mutuo, para que, con nuestra ayuda, le puedan ver y experimentar en este mundo como nuestro Señor y Salvador, por los siglos de los siglos.
Jesús nos ha mandado que nos amemos unos a otros y él mismo fue nuestro modelo curando a los enfermos y afligidos. Que sepamos nosotros continuar su trabajo. Para ello, que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu santo descienda sobre nosotros y nos acompañe siempre.

"Internet está generando un acercamiento universal ('católico') entre las iglesias evangélicas"

500 años: como decíamos ayer



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