Lunes 4ª semana DA

 

"La pandemia ha confirmado que hay que tutelar el derecho a la salud de las personas más frágiles"

El Papa instituye la Jornada mundial de los abuelos y de los ancianos, a celebrar el cuarto domingo de julio

"Ojalá no nos olvidemos de los ancianos que murieron en parte como resultado de sistemas de salud desmantelados "

Francisco: "Los ancianos son el 'nosotros' que hace renacer la humanidad"

Mc 5 1-20 EVANGELIO EN AUDIO

    La presencia del mal en el mundo y su personificación a través de figuras propias de las culturas circundantes a los cristianos del primer siglo, dio origen a personajes como diablo (el que confunde, divide), demonio (opositor), satanás (adversario). Los espíritus malignos son fuerzas negativas que actúan en el interior de una persona, de un grupo o de una institución que tienen como finalidad crear confusión, división, corrupción, mentira, perversión, injusticia, violencia, etc.
   El daño que causa la presencia del mal es tal que tiene la capacidad de derrotar a la persona. Jesús se revela como el aniquilador del mal (maligno) que tiene como fin deshumanizar, esclavizar, oprimir, anular, corromper a la persona, individual o colectivamente.
   Jesús, sus discípulos y todos sus seguidores, tenemos el compromiso radical de luchar decididamente contra el mal en todas sus formas y sus estructuras. Un signo de la presencia eficaz del reino de Dios es que el mal está siendo derrotado.
   Renovemos nuestro compromiso de lucha frontal contra las fuerzas del mal que hay en nuestro mundo. 

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