Cada día se nos muestra la gloria de Dios, pero no en resplandores, sino allá donde estalla la misericordia, la justicia, la verdad, el cariño. Identificamos «gloria» con resplandores, con magnificencia y trompeterío, con grandes acciones que, en teoría, conmueven al mundo; con personajes famosos, ricos, bellos, poderosos; con riquezas ostentosas; con la astucia que logra lo que no logran los justos; gloria como sinónimo de éxito. No sabemos lo que decimos. Tenemos que revisar esos criterios.
Fray
Marcos: Lo que hay de divino en Jesús está en su humanidad, no viene de fuera. Lo que llega por los sentidos o elucubra
la mente, no nos lleva a Dios sino al Ídolo.
José
Antonio Pagola: Nueva identidad cristiana.
Para ser cristiano, lo más decisivo no es qué
cosas cree una persona, sino qué relación vive con Jesús. Las creencias, por lo
general, no cambian nuestra vida.
Mª
Luisa Paret: Una subida desconcertante en la que tú estás implicado/a. Se nos invita a
descubrir la Presencia transformadora de Jesús, hoy, en nosotros/as. ¿Quién es
este hombre para mí?, y nos lleva a responder desde la propia experiencia de
vida. ¿Soy capaz de reconocer a Jesús en esta situación tan desconcertante que
estoy viviendo?
Florentino
Ulibarri: ¡Quiero verte, Señor! Para verte, Señor, quiero cerrar los ojos
y mirar hacia dentro, pero también quiero abrirlos y contemplar lo creado.
Vicky
Irigaray: 2º Domingo de Cuaresma. Para la sensibilidad
de Israel, la “montaña” es el lugar donde Dios se manifiesta y donde uno recibe
el don de ver la historia y las personas con la mirada de Dios Padre Madre.
Anáfora: La buena noticia. Te dirigimos, Dios y Señor, esta humilde plegaria para agradecerte las grandes cosas que has hecho, la creación de todo el infinito universo…
En esta tercera semana de su «cursillo preparatorio acelerado», Jesús nos enseña que los suyos, precisamente porque han visto su gloria (DOMINGO: «Se espabilaron y vieron su gloria»), han entendido que solo serán como Dios si se muestran compasivos (LUNES: «Sean misericordiosos como su Padre»), servidores de los demás (MARTES: «El primero entre ustedes sea servidor»), esclavos de los otros (MIERCOLES: «El que quiera ser grande, que sea vuestro servidor»), situados de parte de los mendigos (JUEVES: «Un mendigo llamado Lázaro»), piedras desechadas (VIERNES: «Es ahora la piedra angular»), hijos pródigos (SABADO: «Un hombre tenía dos hijos»): solo estos, a nuestros ojos descarriados y equivocados, alcanzarán la gloria de Abrahán, la ternura del padre Dios. Esta re-valoración, esta forma distinta de valorar las cosas (muy distinta de la del «mundo»), a sí mismo y a las personas, es esencial para un anunciador del Evangelio.
Una semana en la que someteremos a crítica nuestra manera de cualificar las cosas, las personas, los objetivos, los medios y los resultados (éxitos y fracasos).
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