Celebración EN CASA del 6º domingo DA

1. Podemos comenzar VIENDO-ESCUCHANDO este VIDEO

2. Luego ESCUCHAMOS LA CATEQUESIS del P.Justino

3. Oramos juntos

- Por todas las personas excluidas de nuestra sociedad, para que día a día sepan defender su dignidad de hijos e hijas de Dios.

- Por las Iglesias cristianas, para que fieles a Jesús sepamos romper con todas las barreras que excluyen y maltratan a los seres humanos en un auténtico compromiso con la vida.

Padre creador, que nos amás y nos llamás cada día a conformar nuestra vida en tu Hijo, nuestro hermano y maestro.
Ayudanos a hacer nuestro el proyecto de tu Hijo para la construcción de una sociedad justa e igualitaria en donde cada persona encuentre su propio lugar: en la que la ley no sea utilizada para beneficio de unos cuantos privilegiados sino para defender la Vida en todas sus expresiones, especialmente aquella que se encuentra en situación de peligro o desprotección. Te lo pedimos por Jesús. que vive y reina por los siglos de los siglos.

4. Para profundizar durante la semana:

Primera lectura: Lev 13, 1-2. 45-46 

Una de las realidades más horrorosas en la vida del del pueblo de Israel era la enfermedad de la lepra. No solamente amenazaba la salud física sino traía también como consecuencia la separación total de la vida social: de la familia, del trabajo, de los amigos, de las fiestas, etcétera. Además el enfermo tendría que avisar de lejos a viva voz a cualquiera que se acercara, que era un leproso. Es que se temía el contagio. Esta lectura se presta a revisar  lo que nos da miedo y lo que nos aleja y separa de los demás. Es relativamente fácil de ver también en esta enfermedad un símbolo del pecado.

Segunda lectura: 1 Cor 10, 31-11, 1  

Esta lectura nos anima a considerar dos dimensiones de nuestra vida: en primer lugar nos anima a preguntarnos acerca de los motivos y de las razones profundas del por qué hacemos las cosas; en segundo lugar sugiere que en cuanto a nuestro comportamiento nos preocupemos en ayudar a los demás. Y esto nuevamente nos hace preguntarnos por los motivos de nuestras acciones. Recordemos también que es el ejemplo que vale mucho más que 1000 palabras.

Evangelio: Mc 1, 40-45  

La curación de leproso ha sido para los santos padres una imagen del perdón de los pecados porque es una curación profunda y total. Con todo, lo especial de este leproso es que tiene fe. Varias veces en los evangelios Jesús reacciona ante la petición de una curación con las palabras: “Tu fe te ha salvado. Vete en paz”. No será entonces muy desunida de este Evangelio la reflexión acerca de nuestra fe cuando estamos en pecado y buscamos la curación. Esto con mayor razón cuando se trata de un vicio empedernido, un hábito difícil de abandonar. ¡Cuántas veces habremos dejado de pedir la curación porque nos hemos desanimado! ¿No habrá sido por falta de fe que la curación no se ha dado?

REFLEXIONEMOS LOS PADRES

Es bueno de vez en cuando reflexionar acerca de las cosas que nos alejan de los demás, que crean una distancia psicológica o espiritual entre los demás y nosotros. Nos acompaña siempre el peligro de rendirnos cuanto hemos hecho esfuerzos para salir de un problema y no hemos podido lograrlo. Tenemos tantas justificaciones: he nacido con este carácter de, me he esforzado mucho y no puedo; si los demás fueran diferentes yo no reaccionaría así. Recordemos que muchas veces las actitudes de los demás son una reacción a las nuestras: cuando sonrío al otro también me mira con una sonrisa; cuando pongo una cara seria probablemente el otro también me mira con una expresión seria. Aunque sea difícil o tome mucho tiempo el proceso del cambio, tratemos de proponernos cada día algo concreto para cambiar nuestras actitudes. Y no dejemos de rezar en la mañana al abrir los ojos, después de haber dado gracias por el nuevo día y haber pedido por los demás de la familia, de pedir al Señor que nos dé fuerza para este combate.

REFLEXIONEMOS CON LOS HIJOS

Una de las cosas más difíciles de esperar y de creer es el hecho de poder cambiar en cuanto hay de negativo en nuestra persona. Queremos ser buenos. No queremos causar problemas. No queremos tampoco fallar en lo que pensamos y decimos. Y, sin embargo, al final del día descubrimos que hemos fallado. No nos olvidemos nunca que Jesús siempre nos escucha y siempre está dispuesto a ayudarnos. Si tenemos fe y pedimos con fe en Jesús de que puede curarnos, lo hace. Esto no significa que la petición funcione como un botón. Lo aprietas y Jesús ya responde curándote. Es que Jesús respeta siempre nuestra voluntad. Y todos sabemos que cambiar toma su tiempo. Es como crecer. Pero sostenidos por la gracia de Jesús poco a poco podremos experimentar que el siempre nos ayuda. Quizás sería bueno que durante la oración de la noche hagamos siempre un pequeño examen de conciencia de cómo hemos vivido el día para con Dios. Le pedimos perdón por nuestros pecados (si hay que pedir perdón alguno de los miembros de la familia también hay que hacerlo) y le pedimos la gracia de poder continuar con su ayuda esta lucha el día de mañana.

El evangelio de hoy es dramatizado en el capítulo 20 de la serie «Un tal Jesús», titulado «Un leproso en el barrio», de los hnos. López Vigil. El audio, el guión, y su comentario bíblico-teológico, pueden ser tomados de aquí: 

https://radialistas.net/20-un-leproso-en-el-barrio/

Comentarios