El Papa en Ur de los caldeos: “mirar al cielo para mantener la fraternidad”
Apostilla de la segunda jornada del Papa Francisco en Irak
Un Papa descalzo, un ayatolá puesto en pie: gestos que escriben la historia
Bergoglio regresa a los orígenes de su pontificado en la primera misa en caldeo de un Papa
Francisco: "¿Cómo se cambia el mundo? No con el poder o con la fuerza, sino con las bienaventuranzas"
Emocionante encuentro del Papa con líderes religiosos en Ur
Francisco recupera la promesa de Dios a Abraham: "Nosotros, creyentes, no podemos callar cuando el terrorismo abusa de la religión"
Para celebrar la LITURGIA DE LA PALABRA EN CASA
1. Lo más seguro es que este hecho sucedió en vísperas de la pasión, como indican los sinópticos. Juan lo adelanta al comienzo de la vida pública. Para destacar, desde el principio, que este tremendo conflicto con la religión marca lo que el IV Evangelio quiere enseñar. Según el evangelio de Juan, el lugar del encuentro con Dios ya no es el templo (con sus sacerdotes, rituales y ceremonias), sino el ser humano. O sea, a Dios no se le encuentra ya en la sacralidad de las relaciones religiosas, sino en la laicidad de las relaciones humanas.
2. Jesús no pretendió "purificar" el templo, sino "acabar"con él. Cuando las autoridades religiosas ("los judíos": Jn 1, 19; 11,47; 19,7.12; cf. 8, 31; 11,19; 12,11) piden explicaciones a Jesús, él responde: "Destruyan este templo y en tres días lo levantaré". Se refería a su persona. Para Jesús, el templo es el ser humano. Y así pensaba la Iglesia primitiva: cada cristiano es el templo de Dios (1 Co 3,17; 6,19;2Co 6,16). Y cada ser humano es una piedra viva del santuario que Dios quiere (Is 66,1 s; Hech 7,49-51; 17,24).
3. Los cristianos hemos restaurado lo que Jesús destruyó. Ahora merecen más respeto los templos que muchos seres humanos. Y en las catedrales vuelve a correr el dinero. Eso sí, con unas liturgias observadas al pie de la letra, por más pesadas e insoportables que resulten. Da la impresión de que preocupa más el Ritual que el Evangelio.
José
Luis Sicre: Jesús, nuevo templo de Dios. En el evangelio de
Marcos, Jesús se comporta como un buen maestro, que justifica su conducta
citando dos textos proféticos, de Isaías y Jeremías: «¿No está escrito: Mi casa
será casa de oración para todos los pueblos? Pues vosotros la tenéis convertida
en una cueva de bandidos».
Fray
Marcos: El culto que no me obliga a mejorar mis relaciones con los demás es
idolátrico. Seguimos cubriendo nuestro egoísmo con ritos externos y vacíos.
José
Antonio Pagola: El amor no se compra.
Cuando Jesús entra en el Templo de Jerusalén
no encuentra gentes que buscan a Dios, sino comercio religioso.
Carme
Soto: El encuentro con Dios ni se compra ni se vende. Al
estilo profético, Jesús
denuncia que ese no es el culto que Dios, su abba, desea.
Florentino
Ulibarri: Y al entrar en el templo... Demasiados monseñores
y vicarios para ser espacio de igualdad y libertad.
Vicky
Irigaray: 3º Domingo de Cuaresma. Favorezcamos un culto
vivo, nacido de la fe y el corazón.
Anáfora:
Somos templos de Dios. Ser cristiano, cristiana, es dar testimonio;
responder con la propia vida a las llamadas del Reino y denunciar
proféticamente la iniquidad del anti-Reino.
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