3º domingo de CUARESMA


 El Papa en Ur de los caldeos: “mirar al cielo para mantener la fraternidad”

Apostilla de la segunda jornada del Papa Francisco en Irak


Para celebrar la LITURGIA DE LA PALABRA EN CASA

1.  Lo más seguro es que este hecho sucedió en vísperas de la pasión, como indican los sinópticos. Juan lo adelanta al comienzo de la vida pública. Para destacar, desde el principio, que este tremendo conflicto con la religión marca lo que el IV Evangelio quiere enseñar. Según el evangelio de Juan, el lugar del encuentro con Dios ya no es el tem­plo (con sus sacerdotes, rituales y ceremonias), sino el ser humano. O sea, a Dios no se le encuentra ya en la sacrali­dad de las relaciones religiosas, sino en la laicidad de las relaciones humanas.

2.  Jesús no pretendió "purificar" el templo, sino "acabar"con él. Cuando las autoridades religiosas ("los judíos": Jn 1, 19; 11,47; 19,7.12; cf. 8, 31; 11,19; 12,11) piden explicaciones a Jesús, él responde: "Destruyan este templo y en tres días lo levantaré". Se refería a su persona. Para Jesús, el templo es el ser humano. Y así pensaba la Iglesia primitiva: cada cristiano es el templo de Dios (1 Co 3,17; 6,19;2Co 6,16). Y cada ser humano es una piedra viva del santuario que Dios quiere (Is 66,1 s; Hech 7,49-51; 17,24).

3.  Los cristianos hemos restaurado lo que Jesús destruyó. Ahora merecen más respeto los templos que muchos se­res humanos. Y en las catedrales vuelve a correr el dinero. Eso sí, con unas liturgias observadas al pie de la letra, por más pesadas e insoportables que resulten. Da la impresión de que preocupa más el Ritual que el Evange­lio.

José Luis Sicre: Jesús, nuevo templo de Dios. En el evangelio de Marcos, Jesús se comporta como un buen maestro, que justifica su conducta citando dos textos proféticos, de Isaías y Jeremías: «¿No está escrito: Mi casa será casa de oración para todos los pueblos? Pues vosotros la tenéis convertida en una cueva de bandidos».

Fray Marcos: El culto que no me obliga a mejorar mis relaciones con los demás es idolátrico. Seguimos cubriendo nuestro egoísmo con ritos externos y vacíos.

José Antonio Pagola: El amor no se compra. Cuando Jesús entra en el Templo de Jerusalén no encuentra gentes que buscan a Dios, sino comercio religioso.

Carme Soto: El encuentro con Dios ni se compra ni se vende. Al estilo profético, Jesús denuncia que ese no es el culto que Dios, su abba, desea.

Florentino Ulibarri: Y al entrar en el templo... Demasiados monseñores y vicarios para ser espacio de igualdad y libertad.

Vicky Irigaray: 3º Domingo de Cuaresma. Favorezcamos un culto vivo, nacido de la fe y el corazón.

Anáfora: Somos templos de Dios. Ser cristiano, cristiana, es dar testimonio; responder con la propia vida a las llamadas del Reino y denunciar proféticamente la iniquidad del anti-Reino.

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