4º domingo de cuaresma


 

«Glorioso patriarca san José, cuyo poder sabe hacer posibles las cosas imposibles, ven en mi ayuda en estos momentos de angustia y dificultad. Toma bajo tu protección las situaciones tan graves y difíciles que te confío, para que tengan una buena solución. Mi amado Padre, toda mi confianza está puesta en ti. Que no se diga que te haya invocado en vano y, como puedes hacer todo con Jesús y María, muéstrame que tu bondad es tan grande como tu poder. Amén».

5. Para Francisco, el personaje de San José se eleva como un padre amado. Para ello se apoya en la afirmación de San Juan Crisóstomo, conforme al cual: “entró al servicio de toda la economía de la Encarnación”, siendo padre de Jesús y esposo de María. Y es muy acertada la mirada de San Pablo VI, quien pondera haber hecho de su vida sacrificio y servicio a favor del misterio de la Encarnación, aunque también destaca de San José “haber utilizado la autoridad legal que le correspondía, en la Sagrada Familia, para hacer de ella un don total de sí mismo, de su vida, de su trabajo”.

Oración final de Patris Corde

Salve, custodio del Redentor y esposo de la Virgen María. A ti Dios confió a su Hijo, en ti María depositó su confianza, contigo Cristo se forjó como hombre. Oh, bienaventurado José, muéstrate padre también a nosotros y guíanos en el camino de la vida. Concédenos gracia, misericordia y valentía, y defiéndenos de todo mal. Amén.

Uno de los obispos que mejor conoce a Francisco analiza su pontificado

Mons. Oscar Ojea: “Bergoglio es el Papa que intenta llevar adelante el Concilio”

"Francisco puso en marcha una revolución imparable, una primavera espléndida"

Los 8 años de un pontificado de luz

José Luis Sicre: Amor de Dios y respuesta humana. El evangelio no habla del amor de Dios al pueblo de Israel, sino de su amor a todo el mundo. Pero un amor que no le resulta fácil ni cómodo a Dios, en contra de lo que cabría imaginar, le cuesta la muerte de su propio hijo.

Fray Marcos: Nadie tiene que venir a salvarme desde fuera. Soy ya plenitud, solo debo descubrirla dentro de mí y vivirla.

José Antonio Pagola: Dios ama el mundo. «Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único». Este amor de Dios es el origen y el fundamento de nuestra esperanza.

Florentino Ulibarri: ¡Tanto ama Dios al mundo...! Más de lo que nadie nos ha amado y amará, más de lo que somos capaces de amar, nos amas Tú.

Vicky Irigaray: 4º Domingo de Cuaresma. Como a Nicodemo, Jesús hoy nos habla a nosotros de otra realidad, de otro mundo, de otra perspectiva, de nacer de nuevo, del Amor.

Anáfora: El perdón de Dios. Te confesamos, Padre, que nos cuesta imaginar tu amor incondicional, gratuito, universal, porque somos irremediablemente interesados cuando amamos incluso a los nuestros.

1. Antiguamente, la serpiente era un símbolo que representaba a los dioses curanderos. En la Biblia se habla de la serpiente de bronce que curaba a los hebreos mordidos por serpientes en el desierto (Nm 21,8; Sb 16,5.7). Se trata de un símbolo de salud y de vida, como lo es Jesús para cuantos lo miran con fe. El nuevo símbolo de la vida no es un rito mágico, sino Jesús, víctima de su generosidad extrema.

2. 
Dios no se hizo presente en este mundo, en la persona y vida de Jesús, porque se sintiera ofendido, indignado, irritado. Dios se hizo presente en el mundo, en el hombre Jesús de Nazaret, porque quiere tanto al mundo, que no soportaba más estar lejano, distante, desconocido. Dios se humanizó en Jesús.

3. 
Humanizándonos, encontramos la luz y amamos la luz. Endiosándonos, encontramos las tinieblas y toda nuestra vida proyecta oscuridad. No hay cosa más turbia y oscura que una persona que solo aspira a subir, trepar, instalarse. Como no hay luz más poderosa que la luz del que es tan humano que no tiene nada que ocultar, de forma que su vida y sus obras contagian bondad y humanidad.
Mensaje del CELAM por los ocho años de pontificado

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