En el Día contra el racismo, Zampini invita a la cultura del encuentro
Francisco: "El racismo es un virus que en vez de desaparecer se esconde"
Las farmacéuticas y las vacunas según Le Monde Diplomatique
"El hombre: un lobo para el hombre" (Y las empresas farmacéuticas una jauría para la humanidad)
"Francisco es el papa del ser humano en su concreción"
De la dignidad de la persona al mundo como casa común: ocho años de travesía con Francisco
Preparación: “La palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo; penetra hasta el punto donde se dividen alma y espíritu, coyunturas y tuétanos; juzga los deseos e intenciones del corazón” (Hb 4,12-13).
Lectura: Hoy las lecturas nos presentan un paralelismo claro: se trata de un juicio a dos mujeres. En el libro de Daniel, a la inocente Susana; en el evangelio de Juan, a la mujer sorprendida en adulterio. Ante la acusación de dos viejos viciosos, Dios suscita al joven Daniel (“el Señor, mi juez”) para impedir que se consume la injusticia. Jesús, el nuevo Daniel, impide la injusticia con la adúltera y da un paso más adelante: muestra la misericordia de Dios, incluso para los pecadores.
Lectura: Hoy las lecturas nos presentan un paralelismo claro: se trata de un juicio a dos mujeres. En el libro de Daniel, a la inocente Susana; en el evangelio de Juan, a la mujer sorprendida en adulterio. Ante la acusación de dos viejos viciosos, Dios suscita al joven Daniel (“el Señor, mi juez”) para impedir que se consume la injusticia. Jesús, el nuevo Daniel, impide la injusticia con la adúltera y da un paso más adelante: muestra la misericordia de Dios, incluso para los pecadores.
Meditación: La escena de la adúltera encierra una “trampa farisea” para comprometer y acusar a Jesús. Si la condena, quedará mal ante sus seguidores. Si la absuelve, irá contra la ley. Él sólo se inclina y escribe en la arena. Mu-chas son las suposiciones sobre este gesto: ¿alguna frase de la Escritura?, ¿los pecados de los fariseos?, ¿el nombre de los acusadores?, ¿”dónde está el hombre del adulterio”? No lo sabemos. Conocemos tan solo el respetuoso y delicado diálogo con la mujer y su sentencia de perdón y ánimo. El perdón y el amor van de la mano. Quizá eso nos baste.
Oración: Padre, ante ti todos somos pecadores. Perdónanos, Señor, porque muchas veces nos convertimos en fiscales implacables sin mirar dentro de nosotros mismos. Te alabamos porque eres bueno e indulgente con nosotros. Danos entrañas de misericordia ante quien, con humildad y sinceridad, se acerca para buscar el perdón y la reconciliación.
Contemplación: Hoy se puede hacer una contemplación situándose en el papel de cada uno de los protagonistas de la escena: los acusadores, la gente curiosa, la mujer avergonzada y Cristo. ¿Dónde me sitúo yo? ¿Cuáles son mis sentimientos cuando me coloco en el lugar de cada uno de los personajes?
Acción: Cercana ya la Pascua, puede que hoy sea un buen momento para celebrar el sacramento del perdón.
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