Martes 4ª semana de cuaresma

 


«Glorioso patriarca san José, cuyo poder sabe hacer posibles las cosas imposibles, ven en mi ayuda en estos momentos de angustia y dificultad. Toma bajo tu protección las situaciones tan graves y difíciles que te confío, para que tengan una buena solución. Mi amado Padre, toda mi confianza está puesta en ti. Que no se diga que te haya invocado en vano y, como puedes hacer todo con Jesús y María, muéstrame que tu bondad es tan grande como tu poder. Amén».

7. La característica que más impresiona del modo en que Francisco ensalza la imagen de San José es la de Padre en la acogida. Es curioso porque Francisco aprecia en San José un contrapunto a la violencia psicológica, verbal y física tan frecuente en nuestros días. Y lo hace desde una impresionante nobleza de corazón, que le lleva a aceptar a María sin condiciones. San José no sé violenta. No necesita explicaciones. Sólo actúa. Actúa acogiendo. Su dimensión se agiganta en la acogida de María y del fruto de su vientre Jesús.

Oración final de Patris Corde

Salve, custodio del Redentor y esposo de la Virgen María. A ti Dios confió a su Hijo, en ti María depositó su confianza, contigo Cristo se forjó como hombre. Oh, bienaventurado José, muéstrate padre también a nosotros y guíanos en el camino de la vida. Concédenos gracia, misericordia y valentía, y defiéndenos de todo mal. Amén.



Jn 5,1-3.5-16 EVANGELIO EN AUDIO

1. Un hombre que lleva treinta y ocho años enfermo y solo, esperando que alguien le ayude y no encuentra a na­die, es un caso que impresiona, por la enfermedad que padece y, sobre todo, por la soledad en que malvive. No tie­ne a nadie en este mundo. Por eso Jesús, al verlo de aquella manera, no lo pensó un instante. Ni se puso a pensar que era sábado y por tanto estaba prohibido curar y hacer que el hombre se fuera cargado con la camilla. Cuando Jesús tropezaba con el sufrimiento de alguien, no soportaba dejar asi las cosas.

2. Todos tenemos muchas razones para escurrir el hombro ante el dolor ajeno. Con frecuencia echamos mano de argumentos políticos. Por eso decimos que es responsabilidad de los poderes públicos. O argumentamos diciendo que lo importante es que cambie el sistema económico mundial. Efectivamente, todo eso tiene mucho de verdad. Pero hay algo que no se resuelve con dinero y política. El desamparo de los que se sienten enteramente solos, eso no tiene otra solución que la cercanía personal y la sensibilidad del que es capaz de empatizar con el otro.

3. La razón más falsa, que se puede dar, para abandonar al que sufre, es la que se basa en motivos religiosos: "ten­go que irme de retiro" "no me lo permite mi conciencia" "eso está prohibido por la Iglesia"... Y así sucesivamente. Una religión o una espiritualidad que abandona, con buena conciencia, al que sufre es la mayor mentira y el más des­carado auto-engaño.



El Nuncio Apostólico en Damasco repasa los diez años de guerra en el país

Zenari: "Siria es uno de los países más cercanos al corazón del Papa"

"Dejad de matar. Detened la violencia. Dejad el camino de las atrocidades (...). Son nuestra gente"

Cardenal Bo: "Myanmar se encuentra hoy en otro capítulo de oscuridad, derramamiento de sangre y represión"

Permitirán ceremonias con 20 personas en espacios abiertos y 10 en cerrados

Obispos de Chile aplauden al Gobierno la decisión de permitir las celebraciones religiosas

Comentarios