Miércoles 3ª semana de cuaresma

 

 Alzheimer Espiritual

Mt 5 17-19 EVANGELIO EN AUDIO
Hola! ¡Hola! ¡Qué gran alegría nos da poder hacer esta novena ! Tener a san José en nuestra vida es un regalo invaluable, por donde quiera que lo veamos es ejemplo a seguir. Fue un excelente esposo, un padre excepcional, un hombre trabajador, valiente, obediente y con un corazón siempre dispuesto a cumplir la voluntad del Padre.  
Empecemos esta novena a san José dándole gracias por  cada esfuerzo que hizo en silencio. Por todo aquello que guardó en su corazón cuando tuvo que huir con el Niño Jesús y con María. Por ser tan buen hijo, padre y esposo. 
    Gracias san José por permitirnos acudir a vos en medio de la fatiga y el cansancio diarios. Por hacernos un lugar en tu corazón para refugiarnos  y por recordarnos que para Dios no hay nada imposible.
   «José vio a Jesús progresar día tras día «en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y los hombres» (Lc 2,52) 
   Como hizo el Señor con Israel, así él “le enseñó a caminar, y lo tomaba en sus brazos: era para él como el padre que alza a un niño hasta sus mejillas, y se inclina hacia él para darle de comer” (cf. Os 11,3-4). 
   Jesús vio la ternura de Dios en José: «Como un padre siente ternura por sus hijos, así el Señor siente ternura por quienes lo temen» (Sal 103,13) – Patris Corde, punto 2 

Oración que habitualmente reza el papa Francisco (lo relata en Patris corde)

«Glorioso patriarca san José, cuyo poder sabe hacer posibles las cosas imposibles, ven en mi ayuda en estos momentos de angustia y dificultad. Toma bajo tu protección las situaciones tan graves y difíciles que te confío, para que tengan una buena solución. Mi amado Padre, toda mi confianza está puesta en ti. Que no se diga que te haya invocado en vano y, como puedes hacer todo con Jesús y María, muéstrame que tu bondad es tan grande como tu poder. Amén».

“Levántate, toma contigo al niño y a su madre” (Mateo 2,13). Una primera impresión qué debemos tener en cuenta es que en los 4 Evangelios Jesús es conocido como “el hijo de José”. Los evangelistas que más se refieren a San José son Mateo y Lucas quienes ofrecen importantes destellos de la gran misión que le fue encomendada. De este modo, podemos afirmar que San José fue un padre y esposo en salida, un auténtico misionero.

Oración final de Patris Corde

Salve, custodio del Redentor y esposo de la Virgen María. A ti Dios confió a su Hijo, en ti María depositó su confianza, contigo Cristo se forjó como hombre. Oh, bienaventurado José, muéstrate padre también a nosotros y guíanos en el camino de la vida. Concédenos gracia, misericordia y valentía, y defiéndenos de todo mal. Amén.



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