Sábado 3ª semana de cuaresma

«Glorioso patriarca san José, cuyo poder sabe hacer posibles las cosas imposibles, ven en mi ayuda en estos momentos de angustia y dificultad. Toma bajo tu protección las situaciones tan graves y difíciles que te confío, para que tengan una buena solución. Mi amado Padre, toda mi confianza está puesta en ti. Que no se diga que te haya invocado en vano y, como puedes hacer todo con Jesús y María, muéstrame que tu bondad es tan grande como tu poder. Amén».

4. Somos conscientes con estos detalles de la infinita confianza que Dios Padre depositó en José. El signo más elocuente de esta relación es el encargo que Dios le transmite en sueños para ponerle nombre: “Tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”. Francisco explica cómo este gesto es sinónimo de pertenencia. Así que Dios se vale de San José para elegir el nombre de Jesús, una decisión cuyo eco alcanza a toda la humanidad y por todos los tiempos.

Oración final de Patris Corde

Salve, custodio del Redentor y esposo de la Virgen María. A ti Dios confió a su Hijo, en ti María depositó su confianza, contigo Cristo se forjó como hombre. Oh, bienaventurado José, muéstrate padre también a nosotros y guíanos en el camino de la vida. Concédenos gracia, misericordia y valentía, y defiéndenos de todo mal. Amén.


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