Queridas familias: que el SEÑOR RESUCITADO nos confirme a todos en la ESPERANZA que brota de la FE, y podamos vivir cada vez más el AMOR FRATERNO Y SOLIDARIO.
"Abre tu corazón con asombro al anuncio de la Pascua: '¡No tengas miedo, resucitó! Te espera en Galilea'"
El Papa, en la vigilia pascual: "En estos meses oscuros de pandemia oímos al Señor resucitado que nos invita a no perder nunca la esperanza"
Liturgia de la PALABRA (p.jUSTINO)
Y María Magdalena se encontró con Jesús. Angustiada
por no volver a ver a su Señor, no lo reconocía teniéndolo delante, hasta que
Jesús dijo su nombre. Jesús nos nombra en cada encuentro con Él, y al hacerlo,
nos devuelve la esperanza, la dignidad, el reconocimiento. Él conoce nuestro
nombre, que es nuestra esencia, nuestra identidad, y lo pronuncia con amor. Y
ya no importa si está oscuro, porque la luz de ese encuentro, ese breve
momento, puede iluminar cualquier camino, por difícil que sea.
José
Luis Sicre: Domingo de Pascua. Misa del
día. El
evangelio de Juan, que tanto nos hace sufrir a lo largo del año con sus
enrevesados discursos, ofrece hoy un mensaje espléndido: ante la resurrección
de Jesús podemos pensar que es un fraude (María), no saber qué pensar (Pedro) o
dar el salto misterioso de la fe (discípulo amado). Fray
Marcos: Domingo 1º de Pascua (B)
José
Antonio Pagola: Jesús tenía razón.
¿Qué sentimos los seguidores de Jesús cuando
nos atrevemos a creer de verdad que Dios ha resucitado a Jesús? Florentino
Ulibarri: Tiempo de resurrección
Vicky
Irigaray: Domingo de Pascua de
Resurrección. Dejarnos
atravesar por el triunfo de Jesús nos concede un modo nuevo de entender a Dios,
descubrirlo como Padre Madre, fuente de Vida, concediendo un sentido a todo lo
que acontece y nos acontece.
Gabriel
Mª Otalora: Ante la Semana Santa. Es más fácil hacer
sacrificios con privaciones, aunque sean radicales, que ejercitarnos en el
verdadero amor al prójimo, la única cruz querida por Dios.

Y María Magdalena se encontró con Jesús. Angustiada
por no volver a ver a su Señor, no lo reconocía teniéndolo delante, hasta que
Jesús dijo su nombre. Jesús nos nombra en cada encuentro con Él, y al hacerlo,
nos devuelve la esperanza, la dignidad, el reconocimiento. Él conoce nuestro
nombre, que es nuestra esencia, nuestra identidad, y lo pronuncia con amor. Y
ya no importa si está oscuro, porque la luz de ese encuentro, ese breve
momento, puede iluminar cualquier camino, por difícil que sea.
3. Sin llegar hasta esos excesos de deshumanización, la esperanza hace daño a la "vida humana" cuando esa esperanza en la "vida divina" justifica cualquier forma de agresión a lo humano. Sabemos que hay personas que, por ser fieles a sus creencias de eternidad, menosprecian o incluso desprecian a quienes no piensan como ellos, tienen otras creencias religiosas o no se ajustan a las exigencias de un determinado "credo"
El sacerdote murió en la Clínica de Marly, en Bogotá
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