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El Evangelio presenta dos partes: el encuentro entre María e Isabel y el canto del "Magnificat" (canto de María).
Hoy celebramos la visita de María a su prima Isabel, el encuentro gozoso de dos madres: Isabel, anciana y estéril y María, virgen… porque nada es imposible para Dios. En la escena no aparecen ni sabios ni poderosos del mundo…
La historia pasa por estas dos mujeres y los niños que llevan en sus vientres. Isabel, representa la antigua Alianza y su hijo será un profeta, figura típica del Antiguo Testamento. María, lleva en su vientre a Jesús, la nueva Alianza.
El saludo de Isabel es muy familiar para nosotros, pues es parte de la oración de la comunidad que llamamos Ave María. Junto a Isabel, alabamos y honramos a María, madre del Señor y modelo de fe para todos nosotros.
Pero la fe de María no es solamente intelectual, sino que es compromiso de asumir el proyecto de justicia y solidaridad de Dios, como lo proclama María en su Canto.
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