Oración por la paz de líderes religiosos, convocados por San Egidio, ante el Coliseo de Roma
La expulsión de demonios por parte de Jesús, genera diversas reacciones, la admiración y el aplauso, catalogar a Jesús como el príncipe de los demonios, y algunos no convencidos piden una señal del cielo.
Seguidamente, Jesús cuestiona los argumentos de los detractores, afirmando que el demonio no puede expulsarse a sí mismo pues no sobrevive, si Jesús expulsa a los demonios en nombre de Belcebú, ellos (sus detractores) ¿en nombre de quien lo hacen?
Finalmente, el relato presenta que la llegada de Jesús, el hombre fuerte, es señal de la llegada del reino, porque expulsa a Satanás el dominador. Los adversarios de Jesús callan ante los argumentos. Debemos considerar que el poder del mal actualmente diluye sus planteamientos propios y su conciencia crítica, en las circunstancias hostiles que vivimos.
Nos corresponde, por medio de Jesús, alejar las fuerzas satánicas presentes en el entorno, crear libertad en nuestro corazón y suscitar esperanza en el camino
¿Cuáles son las fuerzas del mal que paralizan mi vida personal y la de mi comunidad?
"Abandonemos definitivamente ese 'siempre se hizo así', es suicida"
Francisco: "El daño que estamos haciendo al planeta ya no se limita al clima, al agua y al suelo, sino que amenaza la vida misma en la Tierra"
Padre Alberto Reyes
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