Convocan una Vigilia por la Asamblea Eclesial
Mujeres de la REPAM: Todas rezando el jueves 18 de noviembre
MES DE MARÍA - 11º DÍA : con los chicos visitamos los lugares donde vivió María... (7ª ETAPA)
JERUSALÉN: María preocupada por su Hijo
Lc 19 41-44 EVANGELIO EN AUDIO
Jerusalén era una ciudad venerada por todos los judíos pues en ella se encontraba el Templo, lugar donde habitaba Dios. Contra esta ciudad Jesús lanza, con dolor, una sentencia condenatoria: la Ciudad Santa va a ser destruida como consecuencia del rechazo a la presencia del mensajero de la paz… Y efectivamente la ciudad fue destruida el año 70 de nuestra era por las tropas de ocupación romanas.
Actualmente vemos violencia y guerra en muchas partes del planeta. Parece que todavía no entendemos el mensaje que Jesús nos trajo para vivir en armonía entre nosotros y con la naturaleza. Ante esta situación cabe preguntamos: ¿Por qué no reina la paz en nuestra sociedad? ¿Qué consecuencias trae esta falta de paz en nuestras vidas y en nuestro mundo?
Una vez más estamos llamados a buscar el lugar que nos corresponde como fieles discípulos para ser constructores, en nuestros ambientes, de esa paz que tanto necesitamos y que aún sigue siendo esquiva.
Jerusalén era una ciudad venerada por todos los judíos pues en ella se encontraba el Templo, lugar donde habitaba Dios. Contra esta ciudad Jesús lanza, con dolor, una sentencia condenatoria: la Ciudad Santa va a ser destruida como consecuencia del rechazo a la presencia del mensajero de la paz… Y efectivamente la ciudad fue destruida el año 70 de nuestra era por las tropas de ocupación romanas.
Actualmente vemos violencia y guerra en muchas partes del planeta. Parece que todavía no entendemos el mensaje que Jesús nos trajo para vivir en armonía entre nosotros y con la naturaleza. Ante esta situación cabe preguntamos: ¿Por qué no reina la paz en nuestra sociedad? ¿Qué consecuencias trae esta falta de paz en nuestras vidas y en nuestro mundo?
Una vez más estamos llamados a buscar el lugar que nos corresponde como fieles discípulos para ser constructores, en nuestros ambientes, de esa paz que tanto necesitamos y que aún sigue siendo esquiva.
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