seguimos hoy nuestra PEREGRINACIÓN ONLINE por los SANTUARIOS MARIANOS DEL MUNDO Visitaremos hoy la BASÍLICA DEL PILAR, en Zaragoza, España.
El mensaje del PILAR
PARA VER Y CANTAR CON LOS MÁS CHICOS
Martirologio y efemérides latinoamericanos: 10.11.1984: Alvaro Ulcué Chocué, sacerdote indígena páez, asesinado en Santander, Colombia.
1. Se suele explicar este episodio hablando de la gratitud del que volvió a Jesús; y de la ingratitud de los nueve que no volvieron a dar las gracias por la curadón recibida. Y es evidente que uno fue agradecido, mientras que los otros no lo fueron. Jesús, por tanto, tenía motivos para quejarse. Pero el problema, que plantea este relato, no está en que uno fuera agradecido y los otros no. La cuestión es otra. Y mucho más grave.
2. El que volvió a Jesús era samaritano. Los que no volvieron eran judíos. O sea, volvió el que no era observante de la religión verdadera. No volvieron los que eran observantes de la verdadera religión. ¿Por qué sucedió esto? No por una actitud ética (gratitud de uno, ingratitud de los otros), sino por una motivación religiosa. Según la ley judía (Ley 13, 39), el que se curaba de la lepra, debía presentarse a un sacerdote como acción de gracias. Se trataba, pues, de una observancia religiosa. Por eso, los nueve Judíos, que creían en la eficacia de las observancias religiosas, pensaron que con eso era suficiente. Así cumplían con la religión, por más que no cumplieran con el ser humano, que era el que los había curado. Por el contrario, el samaritano, como no creía en las observandas religiosas, no le quedaba más motivación que la gratitud humana ante el que le había devuelto la salud.
3. Las observancias religiosas que deshumanizan, que nos ciegan para ver dónde está la verdadera causa de lo que nos ocurre en la vida, que nos endurecen el corazón, no las quiere Dios. El evangelio de Lucas es duro en este sentido. En el caso del buen samaritano (Lc 10, 30-35), el sacerdote y el levita, los observantes religiosos, pasan de largo ante el que se desangra en la cuneta del camino. Lucas es claro: la religión tiene el enorme peligro de tranquilizar la conciencia mediante la observancia de los rituales sagrados. Y eso suele llevar consigo el endurecimiento del corazón y la inhumanidad que, con frecuencia, se advierte en los profesionales de lo sagrado. Esto es muy peligroso y hace mucho daño a la religión.
Por eso, siguiendo a Jesús y su modo de vida, tenemos que optar por un cristianismo "laico". Cuando ante Dios nos quedamos sin religión, de manera que solo nos queda la bondad, estamos en el camino que trazó Jesús. Pero eso es lo que nos da más miedo en la vida.
2. El que volvió a Jesús era samaritano. Los que no volvieron eran judíos. O sea, volvió el que no era observante de la religión verdadera. No volvieron los que eran observantes de la verdadera religión. ¿Por qué sucedió esto? No por una actitud ética (gratitud de uno, ingratitud de los otros), sino por una motivación religiosa. Según la ley judía (Ley 13, 39), el que se curaba de la lepra, debía presentarse a un sacerdote como acción de gracias. Se trataba, pues, de una observancia religiosa. Por eso, los nueve Judíos, que creían en la eficacia de las observancias religiosas, pensaron que con eso era suficiente. Así cumplían con la religión, por más que no cumplieran con el ser humano, que era el que los había curado. Por el contrario, el samaritano, como no creía en las observandas religiosas, no le quedaba más motivación que la gratitud humana ante el que le había devuelto la salud.
3. Las observancias religiosas que deshumanizan, que nos ciegan para ver dónde está la verdadera causa de lo que nos ocurre en la vida, que nos endurecen el corazón, no las quiere Dios. El evangelio de Lucas es duro en este sentido. En el caso del buen samaritano (Lc 10, 30-35), el sacerdote y el levita, los observantes religiosos, pasan de largo ante el que se desangra en la cuneta del camino. Lucas es claro: la religión tiene el enorme peligro de tranquilizar la conciencia mediante la observancia de los rituales sagrados. Y eso suele llevar consigo el endurecimiento del corazón y la inhumanidad que, con frecuencia, se advierte en los profesionales de lo sagrado. Esto es muy peligroso y hace mucho daño a la religión.
Por eso, siguiendo a Jesús y su modo de vida, tenemos que optar por un cristianismo "laico". Cuando ante Dios nos quedamos sin religión, de manera que solo nos queda la bondad, estamos en el camino que trazó Jesús. Pero eso es lo que nos da más miedo en la vida.
El Pasado domingo el Papa apostó "por la vía pacífica del diálogo"
Denuncian el arresto y la deportacion de 17 misioneros salesianos por los militares en Etiopía
Reducción jesuítica "Nuestra Señora del Pilar" en LAGUNA DE LOS PADRES
El prólogo de la fundación de Mar de Plata se desarrolló en esa Misión católica y tuvo profundo acento de pacífica gesta, al conjuro de la palabra rectora de Jesuitas que predicaron entre los aborígenes la igualdad de los destinos del hombre, con el propósito de preparar amaneceres más claros para la civilización, inspirados en los principios del Sermón de la Montaña.
La misión de fundar la reducción del Pilar en las inmediaciones del Vulcán fue encomendada al Padre José Cardiel quien se trasladó al lugar en compañía del Padre Tomás Falkner.
Estatua del Jesuita Cardiel emplazada en el lugar de su "paso" por el Río Saint Joseph (QUEQUÉN) descubierto por él.
El lugar dista 70 leguas de Buenos Aires y allí encontraron a fines de agosto de 1746 como 300 indios que "mostraron gusto de que los formáramos pueblo, aunque algunos se mostraban adversos a la cristiandad". Como afirma el Padre Cardiel en su carta relación.
Cardiel era español, fervoroso. Falkner, inglés y flemático, pero ambos nacidos para lo heroico y difícil. El nombre de la Reducción le fue impuesto por traer el Padre Cardiel una estampa de Nuestra Señora del Pilar.
La Reducción del Pilar se levantó a orillas de la Laguna "Las Cabrillas" denominada en la actualidad "Laguna de los Padres".
Los campos de la Reducción se extendían hasta el Atlántico entre los arroyos "La Tapera" y "Del Barco", o sea el perímetro actual de Mar del Plata.
La Reducción ofrecía a los naturales campo propicio para el trabajo placentero e intervención en la organización administrativa y policial.
Además del Catecismo, en charlas sencillas se destacaban las ventajas de vivir en determinados lugares, en comunidad, sujetándose a las leyes cristianas de respeto por todos, lo que hacía posible la mejor atención de los enfermos, la distribución de provisiones y el aprovechamiento del aprendizaje de labores manuales y de cultivos. Los exhortaban asimismo a la obediencia para con el rey y a sus representantes, tratando de apartarlos del camino del saqueo, del robo y del consumo de bebidas alcohólicas.
Entre las actividades laborales figuraba el cultivo del trigo, siendo esta población la pionera en esta materia en el sudeste de la provincia.
El cacique Felipe Yahati que se había retirado de la Reducción de la Concepción, a orillas del Río Salado, fue hecho prisionero en el pago de Luján y sentenciado a muerte por reiterados robos. Los Padres Jesuitas de Buenos Aires lograron su libertad y se incorporó a la Reducción del Pilar, que con ese contingente, los Tehuelches y otras tribus, reunió a unas mil doscientas almas.
Se gestionó entonces ante el gobierno de la provincia la categoría de Pueblo, lo que implicaba contar con Cabildo, organización administrativa y policial, semejante a la que en tiempo de la colonia regía para las comunas.
El 1° de enero de 1751 quedó constituido el Cabildo del Pueblo. El acta del primer comicio realizado en esta zona se encuentra en la Biblioteca Nacional, siendo un documento de gran valor histórico y muy poco conocido.
Esta magnífica organización comunal se vio malograda poco después por la amenaza de destrucción de la propia reducción por parte del cacique Cangapol, conocido por los españoles como el "cacique bravo", de estatura hercúlea, altanero, gran cacique de los Puelches y Pampas, desde el límite del Río Salado hasta Río Negro.
El pedido de soldados formulado al gobernador el 31 de junio de 1751 conforme a disposiciones reales para la defensa de las reducciones de indios no fue tomado en cuenta y el 1 de septiembre de ese año los misioneros y parte de los indios de la Reducción emprendieron la retirada hacia la reducción de la Concepción. Finalizó así un notable esfuerzo civilizador, que pudo tener proyecciones insospechadas sobre la marcha de la nación, anticipando la conquista pacífica del desierto, que se vio dilatada por más de un siglo, demandando ingentes recursos y sangrientas luchas.
El primer Congreso de Historia de los Pueblos de la Provincia de Buenos Aires reunido en La Plata el 28 de septiembre de 1950 declaró Lugar Histórico al paraje donde había sido habilitada la Reducción de Nuestra Señora del Pilar, a moción del delegado comunal marplatense, destacado historiador Escribano Don Julio César Gascón.
Por resolución municipal se levantó allí mismo, a orillas de la Laguna de los Padres, la réplica de la Capilla y de tres ranchos, con muros de piedra y cercos de palo a pique, contándose con el valioso y desinteresado asesoramiento del prestigioso escritor argentino R.P. Dr. Guillermo Furlong Cardiff S.J. uno de los grandes valores de la Iglesia de nuestra patria, que no abandonó la investigación histórica hasta el día de su lamentada desaparición.

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