Día 28º (4/12) MES DE MARÍA


Bruni: Es un "signo de la atención del Santo Padre hacia las familias y las personas migrantes"

Un grupo de refugiados de Chipre irá a Italia con el apoyo de la Santa Sede

 Francisco lanza un grito desesperado contra el odio al migrante: "Es la guerra de este tiempo"

"Nos lamentamos de los campos de concentración de los nazis o Stalin... Torturas, comercio de personas, esto está pasando en esta sociedad"

Apostillas de la segunda jornada del viaje papal a Chipre

El Papa duerme en la "zona de nadie" que separa el norte y el sur de Chipre

"No es proselitismo, sino testimonio; no es moralismo que  juzga, sino misericordia que abraza"

"Se necesitan cristianos iluminados pero sobre todo luminosos, que lleven caricias a las soledades del sufrimiento y de la pobreza"


 MES DE MARÍA - 28º DÍA : con los chicos visitamos los lugares donde vivió María...  (14ª ETAPA)

JERUSALÉN: ASUNCIÓN DE MARÍA

Un santo para cada día: 3 de diciembre

S. Francisco Javier (Patrono universal de los misioneros)

    1.Jesús no fue un hombre instalado. No tuvo títulos, ni cargos, ni estuvo vinculado a ninguna institución. Quiso ser libre, para enseñar donde había ignorancia y para aliviar el sufrimiento donde había enfermedades y dolencias. 
    Ante el dolor, la opresión y el abandono de la pobre gente, Jesús "se 
compadecía", literalmente "se le conmovían las entrañas" [Mt 14,14; 15,32; 18,27; 20,34) . Jesús vio que lo más necesario en la vida es la libertad al servicio de la misericordia que contagia paz y bien.
    2.A los doce "apóstoles" (Mt 10,2), Jesús les dio "autoridad". ¿Para qué? No para dominar o someter a nadie en nada, si­no para expulsar demonios y sanar enfermos. En la mentalidad de Jesús, tener "autoridad" es tener "bondad"y "sensibi­lidad" ante el sufrimiento de los que lo pasan mal. 

    3.Por último, anunciar que está cerca el Reino (reinado) de Dios, es "curar enfermos, resucitar muertos, limpiar leprosos, expulsar demonios" (Mt 10,8).
O sea, anunciar el Reino de Dios no es dar catequesis, enseñar doctrinas, imponer man­damientos y organizar ceremonias sagradas. 
    Anunciar el Reino es liberar a la gente de sus penas y sufrimientos, dar vi­da a los que están como muertos, contagiar felicidad. Hoy diríamos que es trabajar por una sociedad en paz, respeto, igualdad de derechos, seguridad para todos y en todo.

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