Francisco cierra, junto a líderes de todas las confesiones, la Semana de Oración por la Unidad
El clamor ecuménico del Papa: "Caminemos hacia la unidad plena, tengamos el valor de cambiar de camino"
Vivimos en el mundo de la eficacia y de la inmediatez. Al ser humano le cuesta esperar, ser paciente. Quiere obtener resultados inmediatamente. En la era de las telecomunicaciones cibernéticas y telemáticas todo reclama velocidad: trenes rápidos, aviones veloces, autos con mayor potencia. Y la obtención de resultados no se diga. Incluso en la alimentación se habla de alimentos transgénicos, es decir, semillas alteradas en su estructura genética para que sean más productivas en menor tiempo.
Esta velocidad e inmediatez está afectando la vida para saber esperar con paciencia que los cambios y las transformaciones sociales y personales se realicen con el tiempo suficiente y la conversión sea una realidad abierta a la esperanza.
En los procesos de evangelización se pretenden resultados rápidos y eficaces sin dejar que la semilla del Reino caiga en la tierra adecuada y de su fruto en el tiempo oportuno.
Cuándo tenemos la paciencia de Dios nos llenamos de alegría, y la semilla del amor brota de forma inesperada.
¿Cómo vivimos nuestros procesos pastorales? ¿con calma o con desesperación?
Esta velocidad e inmediatez está afectando la vida para saber esperar con paciencia que los cambios y las transformaciones sociales y personales se realicen con el tiempo suficiente y la conversión sea una realidad abierta a la esperanza.
En los procesos de evangelización se pretenden resultados rápidos y eficaces sin dejar que la semilla del Reino caiga en la tierra adecuada y de su fruto en el tiempo oportuno.
Cuándo tenemos la paciencia de Dios nos llenamos de alegría, y la semilla del amor brota de forma inesperada.
¿Cómo vivimos nuestros procesos pastorales? ¿con calma o con desesperación?
La comunidad internacional guarde silencio. Mientras, la población desaparece
Comentarios
Publicar un comentario