Asistimos atónitos e impotentes ante la barbarie de una guerra, como todas, injusta, cruel y detestable. Contemplar tanto sufrimiento causado por la decisión de un ególatra despiadado nos deja casi sin palabras. Koldo Aldai en su artículo nos anima a encontrar esas pequeñas chispas de esperanza. “Hay algo positivo en medio de esta terrible crisis y es que prácticamente el mundo entero ha cerrado filas por la paz”. El aislamiento económico de Rusia está formado por multitud de costosas renuncias por parte de organismos y empresas. El Papa Francisco está intentando persuadir a los líderes religiosos que justifican de alguna forma la invasión. Cada uno desde nuestro lugar en la sociedad podemos participar de ese clamor unánime por la paz.
Koldo
Aldai: Las guerras que nos unen. Todo este dolor sorpresivo, a destiempo,
inimaginable, traiga su debida y masiva recompensa en forma de más luz, paz y
conciencia.
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José Luis Sicre: Las tentaciones de Jesús. Las tentaciones tienen también un valor para cada uno de nosotros y para toda la comunidad cristiana. Sirven para analizar nuestra actitud ante las necesidades, miedos y apetencias y nuestro grado de interés por Dios.
Fray
Marcos: Retírate al desierto. Solo en el silencio descubrirás tu Ser.
José
Antonio Pagola: Convertir todo en pan. Es nuestra gran
tentación. Reducir todo el horizonte de nuestra vida a la mera satisfacción de
nuestros deseos.
Carmen
Notario: El seguimiento no es un camino fácil. Satanás, que me
tienta, que justifica mis posturas y acciones, no es un personaje que me habla
desde fuera; es mi propio ego.
Florentino
Ulibarri: Destrucción. La política sin principios, las leyes sin
espíritu, el progreso sin compasión, la riqueza sin esfuerzo, la erudición sin
silencio, la razón sin dudas, el culto sin consistencia y la vida sin
responsabilidad...
Vicky
Irigaray: 1º Domingo de cuaresma. Apostemos por unas
relaciones interpersonales y comunitarias reconciliadoras, cálidas, vinculantes
y siempre a favor de la paz.
Anáfora:
Tentaciones. Querríamos tener una firme voluntad de conversión, empezando por
ahondar en nuestra vida interior con una oración más íntima, superar nuestro
afán desmedido del propio bienestar y evitar cualquier abuso de la bondad de
los demás.
Monjas
Benedictinas de Montserrat. Domingo 1º de Cuaresma.
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