Jueves 4ª semana de cuaresma


Misa de Acción de Gracias por las virtudes heróicas del prelado argentino

Cardenal Sandri: Venerable Pironio, "el amigo de Dios"

Francisco pide de nuevo "que se detenga esta crueldad salvaje que es la guerra"

El Papa denuncia “el síndrome generalizado de la anestesia de los sentidos espirituales”

15 años de la Red un Grito por la Vida

Valmí Bohn: "La lucha por justicia y por políticas de prevención de la trata son retos constantes”

 Jn 5 31-47 EVANGELIO EN AUDIO

Sabemos que el evangelio de Juan está planteado como un gran proceso judicial. Hoy cobra relieve de manera particular este juicio entre la luz y las tinieblas, entre Cristo y sus enemigos. Jesús presenta un doble testimonio: el de sus propias obras y el de las escrituras. Sus obras no podrían ser posibles si no fueran apoyadas por su padre celestial, en cuyo nombre ha venido al mundo. Y las escrituras, a partir de Moisés, hablan a favor de Jesús y de su misión. Pero si los jefes de los judíos no creen lo que Moisés escribió, ¿cómo van a creer lo que dice Jesús?

Meditación: 
Jesús tuvo que aguantar la increencia de sus contemporáneos. Nosotros vivimos también en un mundo de gran increencia. Podemos replegarnos o afrontarlo, sabiendo que todos los tiempos son “recios” para la fe. 
       A nosotros nos toca trabajar firmemente en la personalización de la fe, en la consolidación de la comunión eclesial y en la apertura misericordiosa, como si de un “hospital de campaña” se tratase, a quienes vienen heridos. Solo así nos convertiremos en legítimos intercesores. 
     ¿Somos defenso
res del pueblo de Dios, de la Iglesia concreta, de nuestra comunidad, de nuestra familia o de nuestros jóvenes?

Oración: Concédenos, Señor, creer firmemente en medio de la increencia de este mundo. Danos tu amor y tu verdad para que ellas se manifiesten en nosotros como testimonio de tu presencia y de tu cercanía a los más vulnerables de nuestra sociedad.

Francisco y Jesús, dos ejemplos, la misma actitud

En medio de la irracionalidad de la guerra, hay que rescatar el sentido común

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