Martes 1ª semana de cuaresma

Carlos y Cristina acogen a niños enfermos, sin familia, y les regalan todo su amor, hasta el último día. ¡El amor cura! VIDEO 15 MINUTOS

Un santo para cada día: 7 de marzo

Santas Perpetua y Felicidad (Fortísimas y bienaventuradas mártires)

 Mt 6 7-15 EVANGELIO EN AUDIO

La oración que Jesús nos enseña (sin usar «muchas palabras») no es más que una petición para que venga el Reino de Dios. Eso es lo verdaderamente esencial e imprescindible. Un Reino que es pan y perdón. A lo largo de la historia, los cristianos hemos inventado muchas oraciones (algunas, terribles), pero el modelo sigue siendo esta sencilla petición para que el mundo sea cada vez más parecido a como Dios lo pensó: un mundo donde la gente sea hermana y no haya necesidad.

La oración del Padrenuestro es una síntesis de la experiencia espiritual de Jesús, desarrollada en forma de catequesis programática sobre la que estamos llamados a construir nuestra propia espiritualidad. En toda su estructura, en cada una de sus siete peticiones (según la versión de Mateo), se pueden constatar experiencias centrales en la vida de Jesús: 1) La experiencia de filiación con Dios, el «Abba»; 2) La trascendencia a lo puramente terrenal; 3) La santificación de Dios en sus criaturas; 4) La certeza de su Reino; 4) El cumplimiento del querer de Dios entre nosotros; 5) La preocupación por el pan en las mesas cotidianas; 6) El perdón recíproco; 7) Las tentaciones y la experiencia del mal que nos asechan. Todas son experiencias vividas por Jesús, con gran intensidad en el día a día, que luego resuenan en su oración y, por tanto, no están aisladas de la realidad sino más bien arraigadas en ella y reflejan lo que lo movía por dentro. ¿Qué alimenta tu espiritualidad?


La estatua de Jesucristo el Salvador fue retirada de la Catedral Armenia de Leópolis y llevada a un búnker para protegerla de los bombardeos rusos

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