"Dios quiere ser amado, no temido", dice en la audiencia general de los miércoles
Francisco en la audiencia: "Estamos viviendo la Tercera Guerra Mundial"
La Palabra de Dios que se anuncia y que se escucha a orillas del lago de Genesaret, es el marco sobre el que se desarrolla este relato de pesca abundante y pescadores llamados a ser discípulos. Habían trabajado toda la noche y no habían pescado nada. Pedro escucha y cree en la Palabra de Jesús. Acepta la invitación de navegar lago adentro para echar las redes. Ir lago adentro genera miedo y desconfianza, es preferible la orilla donde hay comodidad y seguridad.
La fe de Pedro es compensada con la pesca abundante. Para no reventar las redes, debe ser una tarea asumida en comunidad. Solos no podemos, unidos lo logramos. Queda claro que bajo el liderazgo de Jesús los frutos serán siempre abundantes.
Pedro y los demás compañeros dejan todo, incluyendo el miedo, para seguir a Jesús, ahora como pescadores de hombres y mujeres.
Jesús nos sigue invitando a remar mar adentro, a trabajar en comunidad, a dejar el miedo y a superar todas las tentaciones que nos impiden vivir como auténticos seguidores de Jesús.
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